lunes, 3 de marzo de 2014

Apuntes sobre la formación de comunicadores/as en Oaxaca. Escenarios (3/3)



En esta última entrega se presentan dos escenarios sobre el futuro del sistema de formación profesional de comunicadores/as en Oaxaca, basados en los mecanismos de evolución del sistema y en las propias estrategias de los actores. ¿Cuál de ellos prefieren?

Sin cambios significativos en la cultura política (mayor democratización, civilidad, participación ciudadana, rendición de cuentas, transparencia, entre otros) o en la economía del estado (mejora del ingreso per cápita, la competitividad, la tasa de mortalidad de las empresas, etcétera), el sistema de formación de comunicadores/as continuará su desarrollo variando principalmente en los siguientes aspectos:

Surgirán nuevas instituciones formadoras dispuestas a participar en el proceso disminuyendo los costos para los aprendices y el tiempo de formación. En algunos casos variará la modalidad de los estudios que pasarán de ser presenciales a virtuales.

Surgirán nuevos programas de formación adicionales a las licenciaturas y las maestrías, como técnico superior universitario (TSU) y profesional asociado, multiplicándose los diplomados, cursos y talleres.

Los cambios en los contenidos de enseñanza serán mínimos porque no modificarán la empobrecida línea de formación actual -que es pragmática y ateórica-, se incorporarán temáticas sobre periodismo electrónico, imagen pública y gestión de redes sociales.

Se fortalecerá la alianza entre la clase política y los grupos empresariales de comunicación, la clase política también querrá negociar con los medios emergentes; con ello los contenidos informativos seguirán proyectando una visión de la realidad acotada a intereses cupulares, manteniéndose excluidos, de los medios tradicionales, los temas de desigualdad social, desarrollo sustentable, diversidad sexual, nuevas perspectivas sobre la cultura, feminismos, pensamiento científico, entre otros.

Disminuirá el interés de los bachilleres por estudiar comunicación profesional, desmotivados por la dinámica laboral del sector y los pocos casos de éxito profesional que se reconocen socialmente.

Influido por mejoras en la cultura democrática del estado, el avance tecnológico y el crecimiento sostenido de la economía nacional, el sistema de formación de comunicadores/as cambiará de forma significativa en Oaxaca, principalmente en los siguientes aspectos:

Se romperá la alianza entre la clase política y el empresariado de los medios de comunicación, propiciado principalmente por el perfeccionamiento de la democracia en el estado y por el progreso tecnológico. Este cambio dejará abierta la posibilidad de que los medios emergentes también participen en la construcción de la agenda pública y ello redundará en un periodismo investigativo, crítico, reflexivo y plural.

El cambio político modificará la cultura empresarial en general y particularmente en este sector; derivado de ello, se incrementará la competitividad en el ramo, trayendo beneficios al gremio como el aumento del prestigio para las y los comunicadores, la mejora salarial de aquellos que se conviertan en líderes de opinión y el surgimiento de nuevas empresas de comunicación.

Las universidades públicas participarán en mayor medida en la formación de comunicadores/as, obedeciendo el interés estratégico que revisten los procesos infocomunicativos en la sociedad, la cultura y la economía; abrirán licenciaturas y posgrados en comunicación.

La participación de las universidades públicas obligará a las instituciones formadoras de carácter privado a mejorar la calidad de los servicios que ofrecen, perfeccionando sus políticas académicas, actualizando los contenidos de aprendizaje e incorporando las bases para el manejo de los nuevos medios y lenguajes.

Mejorará la formación teórica de los comunicadores/as y desarrollarán mayores competencias para realizar investigación, practicar la docencia y realizar divulgación científica; ahora podrán identificar los fines sociales y sumar su trabajo a ellos.

El campo práctico de la profesión estará centrado no tanto en la comercialización de competencias tácticas (uso de los lenguajes), sino principalmente en la formación y el diseño de estrategias comunicativas que incluyan en un nivel subordinado dichas competencias tácticas; destacándose los siguientes campos de aplicación: turismo, industrias culturales, obra pública, educación, gobierno municipal, medio ambiente, comercio electrónico, multiculturalismo, entre otras.

Aumentará el interés por estudiar comunicación pero el universo de personas demandantes ya no se reducirá a los bachilleres exclusivamente, sino que emprendedores, activistas, políticos, académicos, servidores públicos y otros grupos de profesionales querrán mejorar sus habilidades para la gestión comunicativa mediante educación no formal y posgrados, tanto presenciales como a través de la virtualidad.


¿Cuál de los escenarios creen que se concretará?; ¿qué están dispuestos a hacer para incidir en estos escenarios?; ¿cuál va a ser el sentido de su participación? Coméntenos.

Por Marco Reyes Terán

Apuntes sobre la formación de comunicadores/as en Oaxaca. Estrategias de los actores (2/3)

En la primera entrega de este relato les compartimos nuestras notas sobre la formación de comunicadores/as en Oaxaca, las cuales se refirieron a las tendencias pasadas, a los actores del sistema y a sus mecanismos de participación. Ahora presentamos un análisis de las estrategias, intereses y recursos.

Los formadores incursionaron en el sistema desarrollando capacidades para el uso de medios y lenguajes de comunicación. Los intereses visibles de estos actores han sido obtener beneficios económicos por enseñar, profesionalizar en periodismo y comunicación empresaria e institucional. Para cumplir su estrategia han dispuesto de (sus) locutores, periodistas y profesores; invirtieron en salarios, imprentas, insumos ad hoc, cabinas, estudios de radio y televisión, aulas y recursos didácticos.

Los comunicadores incursionaron en el sistema invirtiendo tiempo y dinero en su formación para poder tener acceso a los medios de comunicación y las instituciones gubernamentales. Los intereses notorios de estos actores han sido participar en el mercado de trabajo formal, obtener fama y relaciones políticas, informar a la sociedad, divulgar las acciones institucionales y cuidar la imagen personal de los políticos. Para cumplir su estrategia han dispuesto del apoyo moral y financiero de sus familias y/o tuvieron que conseguir empleos de medio tiempo; aunado a lo anterior, concentraron su energía en en estudio y la realización de actividades meritorias como las prácticas profesionales, el servicio social y la militancia partidista.

El empresariado incursiona en el sistema con una pretensión clásica: maximizar sus utilidades. El interés implícito de estos actores ha sido aprovechar sus relaciones políticas, obtener contratos  con el gobierno, los partidos políticos y la iniciativa privada, reproducir la cultura política y ocupar cargos públicos. Para lograr sus propósitos han invertido en infraestructura, equipamiento y recursos humanos, o conseguido patrocinios en estos rubros.

La clase política incursiona en el sistema en pos de un objetivo inconfesable: la reproducción del status quo. El interés manifiesto de estos actores ha sido difundir sus actividades y logros, enviar mensajes a sus adversarios políticos y contrarrestar la crítica. Para lograr sus propósitos han dispuesto de presupuestos públicos, oficinas de relaciones informativas llamada de “comunicación social” (sic), recursos tecnológicos y staff.


Alianzas y conflictos

Se identifica una alianza entre la clase política y el empresariado, basada en la asignación de presupuestos públicos para la contratación de espacios publicitarios en los medios de comunicación. Debido a que prevalecen los intereses personales por encima de los colectivos, esta alianza condiciona los contenidos mediados y limita el trabajo de los/as comunicadores/as. De modo recurrente, esta alianza permite que el empresariado ocupe posiciones en gabinetes y congresos, aunadas a los contratos mencionados.

Se identifica un conflicto entre los/as comunicadores/as y el empresariado porque los primeros no se benefician con equidad y justicia de las utilidades de sus empleadores, ni adquieren la indispensable seguridad social que merecen por su trabajo, amén de las restricciones que le son impuestas a su labor. Esto se manifiesta en una alta flotación del personal que colabora en la mayoría de los medios de comunicación, y puede probarse estudiando el sentido de pertenencia y nivel de satisfacción de los/as comunicadores/as respecto de sus empresas.

A su vez, las instituciones formadoras se mantienen en conflicto con los intereses colectivos y están aliados tácitamente con el empresariado; forman profesionales poco interesados en cuestionar el modo en que actualmente se produce la comunicación pública en Oaxaca y de subvertirlo. La labor de las instituciones no está propiciando a) que mejoren las condiciones laborales y ingresos de los comunicadores, b) el perfeccionamiento de procesos de comunicación en nuevos sectores como salud, cultura, gobiernos locales, ciencia y tecnología, sociedad civil, educación, c) la liberación de la comunicación pública de la subordinación que actualmente la limita a reproducir los intereses de la clase política, d) la innovación y el desarrollo de sus propias fuentes de trabajo.


Grado de influencia de los Actores

1. Las instituciones formadoras, porque construyen perfiles de egreso que favorecen la reproducción de la comunicación pública en el estado, dichos procesos resultan ajenos a los fines sociales y parcialmente contrarios a las necesidades de sus aprendices.

2. La clase política, porque controla los presupuestos públicos que utiliza de forma inapropiada para establecer compromisos con el empresariado y limitar los contenidos mediáticos.

3. El empresariado, por ser el grupo que influye en la construcción de la agenda pública a partir del control de los contenidos que se difunden y de la calificación de las actuaciones políticas de los actores.

4. Los/as comunicadores/as porque poseen el legítimo interés de aprender y están dispuestos a pagar por una formación que cubra sus expectativas.

Continuará... 

Apuntes sobre la formación de comunicadores/as en Oaxaca. Retrospectiva y actualidad (1/3)



A partir de los años 60 y hasta la primera mitad de los años 80, las instituciones que se hicieron cargo del proceso de formación de profesionales de la comunicación en el estado fueron las radiodifusoras comerciales, los diarios y las oficinas gubernamentales.

Las personas que en dichas instituciones asumieron el rol de enseñantes eran, principalmente, periodistas y locutores desinteresados. Las y los aprendices no tenían oficio previo, o bien, procedían de la burocracia; en algunos casos, ya contaban con estudios completos o truncos en licenciaturas como derecho, sociología, antropología, contaduría o comercio.

Los métodos de enseñanza utilizados para el proceso formativo fueron, entre otros, el modelado, la repetición de tareas, el autodidactismo (leer, escuchar y comentar noticias) y la mentorización. Los puestos de trabajo que los aprendices podían asumir eran la locución con fines de entretenimiento, lectura y comentario de noticias, reporteo, redacción, fotoperiodismo, edición y jefatura de áreas de prensa.

Como resultado de estos procesos formativos, los/as comunicadores/as pudieron desempeñar su labor con notables deficiencias teóricas, técnicas, deontológicas y teleológicas que dieron lugar a procesos de comunicación centrados en los intereses de las instituciones gubernamentales y de los partidos políticos, fundamentalmente.

En esta época, las relaciones laborales del sector se caracterizaron por sus bajos salarios, por compensaciones ilegales y subempleo; en contraste, los/as comunicadores/as se gratificaron a través de la fama y las relaciones políticas obtenidas, las cuales utilizaban para su provecho personal.

Algunos cambios significativos en el sistema de formación profesional de comunicadores, podemos ubicarlos en la segunda mitad de los años ochenta, cuando las universidades particulares se sumaron al proceso ofreciendo licenciaturas y posgrados; primero universidades locales y luego algunas de reconocido prestigio nacional.

A partir de entonces los medios abandonan su labor formativa; ahora se paga por ser formado como comunicador/a; periodistas y locutores dejan de participar en el proceso formativo; las y los aprendices ya se obligan a poseer estudios de bachillerato y los métodos de enseñanza son sustituidos por la cátedra, la investigación, el trabajo en equipos y la práctica de los lenguajes audiovisual y de comunicación publicitaria.

En estos años se registra la aparición de la televisión pública y privada y, en la década reciente, los medios digitales. Derivado de los cambios tecnológicos y los inherentes al propio sistema formativo, se crean nuevos puestos como publicistas, productores de radio y televisión, periodistas digitales, docentes y, más recientemente, surgen los community manager. 

No obstante, la dinámica empresarial cambia poco: se crean contadas empresas de comunicación, sobre todo agencias de publicidad, productoras independientes de comunicación audiovisual, portales informativos y despachos de monitoreo; tristemente, sólo algunas se consolidan.

A pesar de los cambios relatados, permanecen en el sistema de formación profesional de comunicadores/as, o se derivan de ellas, las siguientes invariantes: se continúa formando con deficiencias teóricas, técnicas, deontológicas y teológicas; procesos de comunicación centrados en instituciones gubernamentales y partidos políticos; se mantienen las empresas de comunicación y la mayoría de los puestos de trabajo mencionados en los años anteriores; también persisten los bajos salarios, el subempleo y las compensaciones ilegales y; los aprendices se siguen beneficiando de sus relaciones políticas y de la fama.

Continuará...